Instinto

El Poder para Liberar el Impulso Interno

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By T. D. Jakes

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Empower yourself and deepen your faith with the journaling exercises, leadership challenges, and personal growth tools in this interactive companion guide to T. D. Jakes’ Instinct.

An instant #1 New York Times bestseller for six weeks, Bishop T.D. Jakes’s smash hit Instinct showed readers how to tap into their God-given intuition to achieve ultimate success. Now, you can apply those lessons with this essential collection of insights and reflections designed to encourage you on your faith journey.

Whether you call it following your heart, a gut feeling, a hunch or intuition, or instinct — the inner knowledge bubbling up from a wellspring of wisdom within can lead to a bigger, elephant-sized life.

Combining social, business, and personal examples with biblical insights, this personal application guide will show you how to rediscover your natural aptitudes and reclaim the wisdom of past experiences. Knowing when to close a deal, when to take a risk, and when to listen to your heart will become possible when you’re in touch with the instincts that God gave you.

If you’re ready to unlock the confines of where you are and discover where you were meant to be, then Instinct is your key!

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CAPÍTULO 1

El instinto tiene un ritmo

Nuestros instintos son el mapa del tesoro que lleva a la satisfacción de nuestra alma. Seguir nuestros instintos puede marcar una diferencia crucial entre aquello en que lo somos buenos—nuestra vocación o habilidades—y aquello para lo cual somos buenos—el cumplimiento de nuestro propósito potencial. Cuando usted está verdaderamente comprometido con el llamado para su vida, ya sea en una boutique, la sala de banquetes o la sala de juntas, confía en algo que no puede ser enseñado.

Estoy convencido de que nuestros instintos pueden proveer la combinación que necesitamos para alinear nuestras variables únicas con nuestro llamado y liberar el tesoro que hay adentro de nosotros. Cuando se le presta atención a los instintos, se aprovechan y se pulen, pueden brindar la clave que abra la puerta a una vida más productiva, satisfactoria y alegre.

Las personas que prosperan por su instinto son reconocidas. Los diseñadores de moda que hacen lo que hacen más allá del entrenamiento que hayan recibido, con un talento para detectar las últimas tendencias que les es inherente e instintivo. Los decoradores de interiores y quienes trabajan en artes gráficas pueden ejercitar también este talento, pero no son los únicos. Los atletas que están en la "zona" o los inversionistas con un agudo sentido de la oportunidad, actores que tienen valor para presentarse a audiciones por un rol que va más allá de las expectativas de sus fanáticos. Todos ellos saben lo que significa funcionar de acuerdo con su propia brújula interna y única.

Si usted alguna vez ha tenido el privilegio de trabajar con alguien así, entonces sabe cómo puede tomar lo mundano y hacerlo mágico. Pueden tomar el equipo más simple y producir los resultados más maravillosos. A menudo aprovechan al máximo su entrenamiento gracias a su estilo único. Sin importar cómo lo llame, los verdaderamente talentosos simplemente tienen algo extra que aparentemente otros no tienen o no aprovechan como deberían.

Lamentablemente, mucho de lo que veo hoy en día no tiene que ver con desarrollar el verdadero potencial de cada quien, sino con tratar de cumplir lo que otros esperan. Demasiadas personas quieren tener la apariencia de ganadoras en lugar del entrenamiento y el arduo trabajo que crea a un verdadero campeón. Confunden el premio con el arte de ganar y terminarán comprando un trofeo sin haber corrido una carrera jamás. No toman la clase, compran el diploma. No tienen éxito, solo tienen los accesorios. No se sienten obligados a lograr algo; solo se esfuerzan por aparecer muy ocupados ante quienes los rodean.

La ironía es lo que estas personas no llegan a entender. Cuando usted vive por instinto, naturalmente realzará todo y a todos los que lo rodeen. En otras palabras, ¡el éxito llegará naturalmente! Cuando su intelecto y sus instintos se alinean, el fruto de su trabajo le traerá una satisfacción sin medida.

Eso demandará un arduo trabajo y dedicación de su parte, pero la satisfacción interna alimentará su deseo de lograr sueños todavía más grandes. Basados en el hecho de que todos somos personas inherentemente creativas, si estuviéramos en contacto con nuestros instintos aumentaríamos naturalmente nuestros esfuerzos. Si usted no se obsesiona con ganar el premio o parecer exitoso, y en lugar de ello lucha por su pasión, descubrirá la satisfacción que trae vivir por instinto.

Sienta el ritmo

Considere esto: Los científicos nos dicen que hasta nuestras células tienen instintos. Imagine mi asombro cuando hablé con médicos que me explicaron las formas en que funcionan nuestras células. Dicen que funcionan de acuerdo con lo que ha sido programado genéticamente en su interior. El instinto está entretejido en la fibra misma de nuestro ADN.

Todos comenzamos como una simple célula, el producto de un óvulo y un espermatozoide. Ellos se unen para formar un cigoto, el resultado del óvulo fecundado, esa simple célula que evolucionará desde un modelo humano hasta convertirse en un ser humano. Esta nueva célula sufre una serie de divisiones rápidas que producen un blastocito, la formación inicial de las células. El blastocito se multiplica en muchas células. Un experto describe estas células como "pluripotenciales". En otras palabras, cada una de estas células tiene el potencial de diferenciarse en nuevas células de muchas variedades diferentes. Algunas "células hijas" se transforman instintivamente en células epiteliales, células óseas, células del bazo, células cardíacas o cerebrales. La huella inherente a estas células las activa para que lleguen a ser lo que estaban predestinadas a ser.

Este sentido inherente de identidad basado en su función es verdaderamente increíble. Los doctores explican que las células cardíacas son "autorrítmicas". Vibran y llevan juntas instintivamente un compás al mismo ritmo—¡antes de unirse con las otras y de funcionar como corazón! Hasta los bateristas de una orquesta necesitan un conductor para llevar el ritmo, pero estas células instintivamente asumen el mismo compás y tienen el mismo ritmo. Se juntan y pulsan el mismo ritmo.

Aprender sobre estas "células instintivas" me hizo pensar en la vieja canción de campamentos tomada del libro de Ezequiel, del Antiguo Testamento—esa del hueso del pie conectado al hueso de la pierna y el hueso de la pierna conectado con el hueso de la cadera, y así sucesivamente—. Yo no soy doctor, y seguro de que no estoy aquí para sentarme alrededor de una fogata. Pero lo que quiero que vea es que el cuerpo se desarrolla con células que encuentran su lugar preciso ¡porque saben para qué fueron creadas! Estas células vibran al compás de su propósito aún desde antes de estar operando y cumpliendo su función.

Así que, ¿qué sucede con usted? ¿Está en sintonía con su sabiduría interior sobre sus fortalezas, capacidades, talentos y contribución única al mundo? ¿O su vida de alguna manera se aparta de su melodía interior? ¿Ha perdido su ritmo porque no ha encontrado su lugar para definir y activar esa contribución única? Una de las grandes tragedias de la vida es no descubrir a las personas, cultura y carreras que son parte de su tribu y que se mueven al mismo compás.

Usted puede haber experimentado la disonancia que ocurre cuando quienes están a su alrededor se mueven al ritmo de un tambor diferente al suyo. Los negocios exitosos, las relaciones sanas y la mayoría de los esfuerzos de colaboración requieren un alineamiento sincopado de roles, responsabilidades y ritmos. Los empresarios frecuentemente necesitan empleados que tengan una ética de trabajo y una flexibilidad similares a las de ellos. Resulta frustrante cuando usted tiene una idea urgente que debe ser ejecutada a medianoche y hay un miembro del equipo que no puede ser contactado hasta el día siguiente. No está mal poner líneas divisorias y límites al trabajo, pero la gente necesita estar en la misma página de la partitura para que la orquesta pueda tocar toda junta. De la misma forma, las parejas suelen darse cuenta de que están desfasadas porque uno quiere bailar un vals mientras el otro lleva un tango.

La satisfacción llega cuando usted encuentra las personas, los lugares y las situaciones de vida que fue creado para impactar. La mayoría de las personas que tienen vidas ricas y productivas es porque permiten que sus instintos los guíen a la intersección de su mente con su corazón, el lugar en donde sus pasiones más profundas y sus habilidades más agudas se alinean con el destino. Tiene éxito instintivamente porque cada uno conoce su propio ritmo y también lo reconoce en las personas e instituciones con quienes colabora.

Conéctese con su llamado

Si alguna vez usted se sintió desalineado, este libro es para usted. Si ha perdido su ritmo, su pasión, o la emoción de vivir alineado que alguna vez vislumbró, entonces siga leyendo. Así como hizo con las propias células que componen nuestros cuerpos y los huesos secos que se unen entre sí para nueva vida, Dios nos ha dado instintos más profundos para que seamos atraídos a aquellas cosas que se ajustan a un mayor y mejor propósito.

Nunca se conforme con menos que lo mejor que Dios tiene para su vida.

Algunas personas tienen el valor de ir más allá de lo común, de lo metódico mediocre a la convicción revolucionaria de a dónde pertenecen. Usted puede tener este sentido de pertenencia solo cuando se conecta con su llamado. Si usted cree, como yo, en el llamado, entenderá que es más que la motivación para ministrar que el clero experimenta. El llamado a la creatividad, a enseñar, a dar, a construir, todos forman parte de permitir que su instinto lo guíe a "algo más" que usted sospecha que hay allí.

¿Quién puede negar que algunas personas se dirigen hacia el propósito de sus vidas con la habilidad de un niño prodigio cuando toca por primera vez un violín? Son conscientes de una imperiosa sensación de atracción y compromiso que no puede meramente ser enseñada, sino que tiene que ser captada. He conocido músicos que tocan el piano desde su infancia, muchos sin haber tomado lecciones. Solo se sientan en el teclado y se conectan con él.

Es muy triste vivir sin un sentido fuertemente arraigado de conexión con su propósito. Como una bombilla sin lámpara, esta clase de desconexión fomenta sentimientos oscuros y aprensivos en el alma. No importa si usted es gerente, empleado, ama de casa o constructor, lo que importa es que haya sido despertado a su propósito e iluminado a la satisfacción interior que ello brinda.

Cuando era joven me rondaban sentimientos de que había sido creado para más de lo que podía acceder en mi entorno. La única razón por la que fui más allá de los muchos baches y paradas técnicas que encontré fue a causa de una instintiva fascinación que tiraba de mí hacia arriba y adelante, hacia el camino que debía hallar. Me negué a detenerme y a conformarme con menos que la explosiva exploración de lo que Dios había colocado dentro de mí.

No hay ninguna fórmula secreta para aprender a escuchar sus instintos. Estas páginas que están ante usted solo le ofrecen mis chispas para que encienda el fuego de su propio incandescente e instintivo alineamiento, la más profunda y completa vida que usted fue creado para alcanzar. Así que mientras recorremos juntos este camino, quitemos el humo y los espejos y preguntemos al corazón de nuestro verdadero ser. Si buscamos el sentido de nuestras motivaciones, quizás la respuesta no sea la voz de Dios gritándonos desde el cielo sino el susurro de los instintos dados por Dios desde nuestro interior.

Usted ve, las Escrituras nos dicen que del corazón mana la vida (Proverbios 4:23). El corazón no puede leer. No puede escribir y seguro que no puede conducir. Pero si escuchamos el son de su tambor, si tenemos el coraje de dejarnos atraer por su sabiduría, encontraremos nuestra respuesta. Podríamos pasar el resto de nuestras vidas en un ritmo tan sincronizado que los sonidos melodiosos que hagamos transformen todas las áreas de nuestras vidas y las integren en una armoniosa sinfonía de satisfacción.

A medida que crecemos y avanzamos, nuestro maestro Creador puede ir atrayéndolo a usted instintivamente hacia un lugar en el que su intelecto florezca y su corazón pueda descansar. Si las células se mueven hasta que se conectan y forman los complicadísimos y eficientes seres que llamamos humanos, entonces quizás debamos colocar nuestro oído en el corazón del asunto y captar el ritmo. Quizás necesitemos dejar de elegir gente por su currículo y por decisiones que nos han llevado de cabeza a la decepción. En lugar de ello, necesitamos encontrar gente que esté en sintonía con nuestro compás ¡y formar una unión más perfecta con quienes oyen el mismo ritmo! Es hora de que encontremos aquello que fuimos creados para hacer, las personas que estamos destinados a afectar, y el poder que viene de alinearse con ese propósito.

Al haber tenido oportunidades únicas de sentarme a la mesa con campeones de casi todo campo hoy imaginable, me he dado cuenta de que las personas que realizan hazañas inmensas no se manejan con reglas hechas por hombres. Son personas que marcan tendencias y cambian el juego. Conducen al mundo hacia cambios de paradigma que solo podemos estudiar después de haber hecho lo que ellos propusieron. Negocian tratos sin precedentes, construyen más allá de las fronteras, e innovan virtualmente en cada área con logros asombrosos.

Lo hacen porque no viven sus vidas según un guión preestablecido. No tienen miedo de dejar las jaulas de confort y encaminarse hacia las junglas del riesgo prudente y el descubrimiento. Estas personas a quienes el mundo presta atención se atreven a no encajar y no temen sobresalir. No corren en manadas ni se quedan en ella. Saben hacia dónde van y a dónde pertenecen.

No estoy sugiriendo que copiemos el guión de otro. La copia de baja calidad de la popularidad nunca lo llevará a la verdadera satisfacción. Lo que estoy diciendo es que quizás sea posible aprender de los osados que se comprometen a vivir instintivamente, escuchando más allá de la información y el ejemplo, la inspiración que encienda su propósito. Si usted ya está haciendo lo que fue creado para hacer, quiero ayudarlo a que mejore su éxito. Y si no, espero que los días de seguir a otros bateristas se disipen a medida que usted oiga el compás único, sincopado dentro de su ser.

Si escucha bien, eso lo guiará como un imán hacia el acero. Todo lo demás está equivocado. La mayoría de las personas son manipuladas por la aprobación de otros, por el cheque que los mantiene y el estilo de vida que los ha esposado a un anillo de bronce del supuesto éxito. En este camino finalmente vivirán esclavizados a un sistema hecho por el hombre. Perseguimos las metas de otros en lugar de buscar nuestros propios sueños. Anestesiamos nuestra desesperación con la siguiente compra, píldora o plagio. Hacemos lo que creemos que deberíamos hacer en vez de vivir más allá de lo que la lógica sola puede dictar.

Si estas palabras le resuenan y reverberan con lo que usted sabe que es verdadero, entonces este es el momento de decodificar sus propios instintos, intensificar sus áreas de avance e iluminar los rincones de su vida oscurecidos por la decepción. Realmente creo que seguir sus instintos transformará su lugar de trabajo, liberará su carácter y mejorará sus relaciones.

No se equivoque, estas páginas pueden ofrecerle claves para estimular su propio proceso de descubrimiento. Las respuestas que busca ya están dentro de usted. De modo que si está listo para destrabar los límites de donde usted está para descubrir la libertad de dónde se supone que esté, entonces comencemos. ¡Su instinto es la clave!




CAPÍTULO 2

Instintos básicos

ES LA FORMA en que la mamá pájaro construye su nido, y lo edifica a la altura suficiente para eludir a los depredadores. Es la forma en que las abejas saben cómo extraer el polen y llevarlo a su colmena. O la forma en que las ovejas, el ganado y otros animales suelen viajar en manadas para no ser tan vulnerables. Es la fuerza que una mamá osa experimenta al proteger a sus cachorros cuando se enfrenta a un asustado caminante en el bosque. El instinto biológico es la feroz determinación del majestuoso león de resguardar su territorio.

Estas criaturas no necesitan que se les enseñe cómo hacer estas cosas; ya nacieron con el instinto natural para comportarse de cierta manera. De hecho, muchos eruditos definen un instinto como una tendencia genéticamente integrada, un comportamiento integrado y automático, no aprendido ni condicionado. Generalmente se considera al instinto de supervivencia el más fuerte en la mayoría de las especies. Los instintos de criar, recoger, procrear, asegurar agua y alimento y defender, preservan la vida en maneras prácticas y muy tangibles.

En un nivel básico, compartimos muchos de los mismos instintos. Vemos el instinto en acción cuando un bebé trata de mamar para recibir alimento, o cuando un niño retrocede ante una sartén caliente. Es la sensación que tiene cuando un extraño camina detrás de usted cuando va hacia su casa, que le hace correr a una tienda o llamar un taxi. De la misma manera, nadie tuvo que enseñarle que debe esquivar los autobuses que se dirigen a toda velocidad contra usted mientras cruza la calle.

Estamos cableados para mantenernos con vida. Nuestros cuerpos naturalmente buscan alimento (comida y agua) y protección (como vivienda, vestimenta y armas) para sobrevivir. Probablemente haya oído sobre la respuesta de "lucha o huída", que es una reacción instintiva a cualquier peligro que se perciba. Muchos científicos creen que también el lenguaje es instintivo, o al menos el deseo de expresar nuestras respuestas tanto a un estímulo externo como a uno interno. Algunos investigadores creen que también somos seres instintivamente espirituales, cosa que, por supuesto a mí me gustaría confirmar.

Nuestros instintos evolucionan

Al crecer y madurar y convertirnos en hombres y mujeres, nuestros diversos instintos evolucionan y se vuelven más sofisticados y personalizados—pero también sucede así con nuestra dependencia del intelecto, la evidencia y la tecnología. Somos asaltados por tanta información todos los días que resulta sencillo perder el contacto con la voz que hay dentro de nosotros, ese imperioso sentido de conocimiento, la conciencia que tenemos en nuestro interior.

Además, a menudo somos condicionados a desechar nuestros instintos por ser primitivos y bestiales, subjetivos y no científicos. Se nos enseña a confiar en los hechos y las cifras, los datos y los dígitos, no en las corazonadas y los presentimientos. Algunas personas incluso podrían considerar confiar en el instinto de la misma manera que si se tratara de la superstición y la telepatía: alimento para la ciencia ficción y las películas de superhéroes.

A veces confiamos en nuestros instintos sin siquiera darnos cuenta. Nos fijamos en los detalles de cómo se ha vestido y arreglado alguien que solicita un trabajo y nos formamos una opinión precisa sobre su preparación. Quizás sentimos que es el momento correcto para tener una charla difícil pero necesaria con un miembro de nuestra familia y lo encontramos receptivo cuando nos acercamos. Podría ser una inexplicable atracción hacia un particular campo de estudio o un área de negocios. Por ejemplo, usted no puede ayudar pero nota las arrugas en la ropa de otras personas, se pregunta sobre la tela: la caída que tiene, su forma, su color, cómo le queda. Quizás usted siempre haya estado fascinado por los números y le divierte ponerlos en orden y hacer columnas de balance. Sea que usted reconozca estas fugaces visiones de su instinto o no, están allí.

Por otro lado, nuestros instintos no son necesariamente precisos todo el tiempo. Esa corazonada que tuvo sobre el negocio de otra persona no era cierta. Su sentido de la oportunidad para la gran cita no dio en el blanco, después de todo. El sentido de temor por la reacción de un cliente hacia su trabajo en realidad no tenía ninguna base sólida. Su intuición sobre obtener un ascenso no fue acertada.

Así que ¿cómo toma usted conciencia de sus instintos únicos, naturalmente desarrollados? Y lo que quizás sea aún más importante, ¿cómo puede discernir cuándo confiar en sus instintos y cuándo basarse en la lógica, los hechos y la objetividad?

Obviamente, aquí es cuando nuestra relación con el instinto se complica.

Y de esto trata este libro.

Usted simplemente lo sabe

Nadie nace sin instintos. Es más probable que una persona nazca sin vista que sin instinto. De hecho, muchos de mis amigos ciegos dependen del instinto. Todos tenemos un sentido interno que va más allá de lo físico que puede determinar mejor lo que sucederá a continuación, qué es seguro o incluso qué es lo correcto. Nuestros instintos nos hablan a diario, nos impulsan a prestar atención, a escuchar con más atención, a hacernos a un lado ante el peligro y a aprovechar una oportunidad.

Algunos pueden estar más en sintonía con sus instintos. Y algunos pueden estar menos inclinados a escucharlos. Pero nosotros, como todas las criaturas de Dios, ya venimos completos con ellos adentro. Desde ese interior santo brota una sabiduría que ni siquiera sabemos que poseemos. Pero en un mundo que va a un ritmo acelerado, tendemos a no permitirnos un momento de quietud y reflexión que es necesario para soltarlo.

Piense en esto: Hay algunas cosas que usted simplemente sabe. Ni siquiera sabe cómo las sabe o por qué, solo las sabe. Ese conocimiento interno es instintivo. Es tan natural como la capacidad de sentir cuando ha encontrado la cosa que usted ha nacido para hacer. Lamentablemente, muchos de nosotros a menudo pasamos toda la vida haciendo lo que fuimos entrenados para hacer. Algunos hacen lo que se les pide. Y la mayoría de nosotros hacemos lo que otros necesitan que hagamos. Y mientras tanto, nos preguntamos por qué el sentimiento de realización nos elude.

Nuestro Creador diseñó todo lo que hizo para que tenga un propósito. Sin embargo, la mayoría de nosotros vivimos preguntándonos cuál es nuestro propósito. Lo que es peor aún, hay un dolor en nuestros corazones cuando sentimos que hay algo más en la vida, algo más allá de conformarnos con monótonas y convenientes oportunidades. Me encuentro con tanta gente que teme ir a trabajar, no porque sea haragana sino porque se siente insatisfecha.

Al no comprender la guía que nos proveen nuestros innatos instintos dados por Dios, simplemente nos ajustamos a la urgencia de las circunstancias, mientras tenemos la sensación de que fuimos creados para mucho más. Pero la incertidumbre o el miedo de luchar por ese sentir interno hacen que permanezcamos en la jaula artificial de lo habitual. Para decirlo de otra manera: nunca hemos aprendido a confiar en nuestros instintos.

Pero sin importar dónde estemos en la vida, nunca es demasiado tarde para alinearnos con esa sabiduría interior de quiénes somos realmente y para hacer qué fuimos creados. Dios, el maestro diseñador, nos ha equipado con un instinto fundamental que nos lleva hacia su propósito divino. Este sentido de un potencial que se realiza es más satisfactorio que cualquier sueldo. Es el sentimiento de encajar, como una pieza de un rompecabezas, para formar un cuadro más grande del que estamos siendo parte en este momento. Es la satisfacción innata que viene con los dones con que usted y solo usted puede contribuir al mundo.

Una vez que aceptamos este instinto de identidad, entendemos por qué estamos formados y diseñados así. Nos damos cuenta de por qué fuimos rechazados en otros lugares, por qué al crecer nos aburrimos de otros roles, y por qué una y otra vez estuvimos obsesionados por la posibilidad de que hubiera algún lugar, algún plan, algún diseño con el cual deberíamos estar alineados. Las personas profundamente espirituales oran para que esto les sea revelado. Otras personas andan sin rumbo por la falta de ello.

Pero las personas más satisfechas y confiadas viven en el medio mismo de ello. Estas personas han respondido la pregunta, han llegado a su punto óptimo, y han sido guiadas por un Dios cuyo diseño se revela en ellos. Cuando tenemos el valor de abandonar lo familiar y encaminarnos en el destino al que nuestros instintos nos atraen, podemos vivir de la misma manera.

No estoy escribiendo un libro para mostrarle cómo hacerse rico, porque conozco que mucha gente rica no ha identificado su propósito. No escribo para compartirle cómo hacerse famoso. Demasiadas personas famosas se sienten miserables. Escribo para compartir con usted la importancia de ser guiado hacia su propósito de realización abandonando los confines de su cueva convencional e ingresando en el espacio en el que su corazón anhela residir.

El lugar que usted descubrirá cuando su instinto sea su guía.




CAPÍTULO 3

El instinto en acción

LOS INSTINTOS SON el producto de lo que tenemos y lo que quisiéramos tener. Son la brújula interna que nos guía, desde donde estamos hacia donde queremos ir. Quizás esto explique por qué los artistas, los inventores y los animadores están más en sintonía con sus instintos que los banqueros, los ingenieros y los contadores con los suyos. No es porque estas últimas profesiones no requieran el poder de necesitar estimular la innovación; es que estas áreas se basan simplemente en los hechos, en los números, las ecuaciones y los libros contables como sus componentes básicos.

Por otro lado, las carreras creativas necesitan que quienes participan de ellas produzcan algo nuevo a partir de materiales más maleables tales como palabras, imágenes y música. Esta clase de elasticidad de ingenio generalmente surge durante la infancia, y hace que una persona confíe en su instinto más que otras, no solo para sobrevivir, sino también para prosperar. Esta por cierto fue mi experiencia, la forma en que mis instintos fueron inicialmente activados.

Como era un muchacho relativamente pobre de las colinas de Virginia occidental, crecí con recursos muy precarios pero con una enorme ética laboral inculcada por mis padres. Vivíamos en una comunidad dormitorio en las afueras de Charleston, y su topografía, salpicada con majestuosos árboles y onduladas colinas, proveía uno de sus más prístinas características. Sin embargo, su opulencia natural no podía camuflar sus limitaciones económicas. De todos modos, fue la matriz en la que me desarrollé, y ahora puedo entender mejor por qué.

Mientras crecía, era un muchachito color chocolate con pantalones cortos y con rodillas engrasadas que caminaba bulliciosamente por el vecindario. Seguro que brillaría por toda la vaselina que utilizaba mi madre para humectarme la piel, pero como tenía muy pocos amigos y un nivel de energía hiperactivo, nadie lo notaba. Como consecuencia de ello, pasé mucho tiempo al aire libre, y debo confesar que como mi primer nombre es Thomas me convertí en algo así como Tom el "fisgón".

Sí, sé cómo suena eso, ¡pero no significa connotar uno que espía inapropiadamente algo, por lo cual finalmente podría ser arrestado! Me refiero a que aprendí a observar y a permitir que lo que veía se convirtiera en combustible para mi imaginación. Un voyeur de la vida y las personas, presencié eventos e ideologías que se convirtieron en catalizadores para muchas de mis conclusiones de adulto y un estímulo para la lógica con la cual ataco la vida.

Genre:

On Sale
May 6, 2014
Page Count
288 pages
Publisher
FaithWords
ISBN-13
9781455584758

T. D. Jakes

About the Author

Bishop T. D. Jakes is one of the world’s most widely recognized pastors and a New York Times bestselling author of more than thirty books. Named byTime magazine as “America’s Best Preacher,” his message of healing and restoration is unparalleled, transcending cultural and denominational barriers. Jakes is the founder and senior pastor of The Potter’s House, which has a congregation of more than 30,000. His weekly television outreach, The Potter’s House, and his daily television program, The Potter’s Touch, have become favorites throughout America, Africa, Australia, Europe, and the Caribbean. Jakes lives in Dallas, Texas, with his wife, Serita. Learn more about Bishop Jakes at http://www.tdjakes.org and http://www.thepottershouse.org.

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