Promotion
Use code DAD23 for 20% off + Free shipping on $45+ Shop Now!
Dieta de la Zona Keto del Dr. Colbert
Quema Grasa, Equilibre las Hormonas del Apetito y Pierda Peso
Contributors
Formats and Prices
Price
$9.99Price
$12.99 CADFormat
Format:
- ebook (Spanish) $9.99 $12.99 CAD
- ebook $8.99 $11.99 CAD
- Hardcover $23.00 $29.00 CAD
- Trade Paperback (Spanish) $13.99 $18.99 CAD
This item is a preorder. Your payment method will be charged immediately, and the product is expected to ship on or around October 1, 2019. This date is subject to change due to shipping delays beyond our control.
Also available from:
-A 7-day meal plan
-A shopping guide for the ketogenic lifestyle
-A guide for clearing your fridge and pantry of the unhealthy foods that keep you out of the Keto Zone
-Instructions on checking your ketosis levels and maintaining your unique Keto Zone
Start reclaiming your health today through Dr. Colbert’s Keto Zone Diet!
Excerpt
A mis pacientes que me han confiado sus propias vidas. Algunos, precisamente con los principios bosquejados en este libro, pudieron vencer las enfermedades que asolaban sus cuerpos.
Otros pudieron perder exceso de peso, incluso la grasa abdominal tan terca que parecía imposible perder, y alcanzaron su peso ideal. Para muchos, no fue solamente llegar a un peso que necesitaban, fue alcanzar el peso que querían, y eso lo hizo mucho más emocionante.
Y aún otros han podido curar, tratar o manejar multitud de enfermedades prevenibles, enfermedades crónicas, e incluso algunas enfermedades hereditarias. Por muchos años he dicho que la genética carga la pistola, pero su ambiente (lo que usted come y su estilo de vida) aprieta el gatillo.
Si hay algo que le aflige, este libro puede ayudar.
Este libro también está dedicado a mis colegas médicos que entregan sus vidas para la mejoría de sus semejantes. ¡Sigan la buena obra!
RECONOCIMIENTOS
AL SER ESTE UN LIBRO ÚNICO, que tiene mucho potencial para cambiar nuestras vidas, nuestros hogares, nuestro futuro, nuestras carteras, nuestras comunidades y nuestro mundo, quería comenzar con algunos reconocimientos especiales (confesiones, en realidad) que espero que le ayudarán.
Reconozco que:
• Yo solía recomendar a mis pacientes la dieta usual alta en carbohidratos y baja en grasas.
• Solía recetar las estatinas normales para bajar el colesterol de mis pacientes.
• Solía tener temor a las grasas.
• Solía sufrir psoriasis en la mayor parte de mi cuerpo, y fue así durante más de doce años.
• Solía tener muy poco en la línea de defensa contra la enfermedad que mató a mi padre: el Alzheimer.
Sin embargo, ya no es ese el caso. Ahora, veo los alimentos y utilizo los alimentos como lo que pueden ser… la mejor medicina del mundo para todo lo que nos aflige.
De los pies a la cabeza, ¡los resultados han sido asombrosos!
INTRODUCCIÓN
PERDER PESO, estar sano y mantenerse en forma se reduce a un sistema de creencias. Eso se debe a que todos decidimos hacer cualquier cosa en la que creamos. Obviamente, creer que comer rosquillas es una estrategia válida para perder peso no lo logra, sin importar cuánta esperanza tengamos en que es cierto. El punto es que nuestras decisiones afectan directamente nuestras acciones, y somos influenciados por lo que creemos. Decidimos hacer cualquier cosa en la que creamos.
El reto es: ¿qué hacemos cuando las reglas cambian?
Tomemos los huevos, por ejemplo. Durante décadas nos enseñaron que las yemas de huevo eran malas para nosotros porque contienen colesterol. Como muchas personas, yo comía una yema y tres claras de huevo, y recomendaba eso a mis pacientes. Después de todo, el colesterol es malo, ¿no es cierto?
Bueno, las cosas cambian.
Según las Pautas Dietéticas de 2015 para los Estadounidenses publicadas por la Oficina para la Prevención de la Enfermedad y el Fomento de la Salud, ahora está bien comer la yema de huevo.1 De hecho, ahora podemos comer tantos huevos completos como queramos. ¡Las reglas cambiaron!
Estamos tan acostumbrados a que los huevos son “los malos”, que ahora nos enfrentamos a una decisión: creer lo que nos enseñaron desde la década de los cincuenta o aceptar la nueva realidad de que los huevos completos son de hecho saludables.
¿Qué hacer? ¿Qué creer? Naturalmente, lo que usted decida creer será su curso de acción.
Este avance que dice que ahora los huevos son saludables es solamente uno de incontables ejemplos. Lo que está sucediendo a una escala mucho mayor es que el estilo de vida “saludable” tan laureado, alto en carbohidratos y bajo en grasas, está creando goteras. Están apareciendo agujeros en este oxidado tubo de metal de ese sistema de creencias. El barco se está hundiendo; y ha llegado el momento de abandonar el barco tan rápidamente como podamos.
Es un cambio de paradigma, y está sucediendo ahora. Será necesario tiempo para que sean probados y vueltos a probar los nuevos avances, e incluso más tiempo para que el público sea informado mediante la comunidad médica, que es lenta para cambiar, y las agencias del gobierno.
Uno de mis profesores en la facultad de medicina explicaba que, en unos diez años, la mitad de las cosas que nos estaban enseñando estarían obsoletas y no tendrían prácticamente ningún valor. Él observaba: “El problema es que no sabemos a qué se refiere esa mitad de cosas”.
Al final, sin embargo, la opinión pública cambiará. Las personas entenderán y aceptarán el nuevo paradigma, y entonces decidirán emprender la acción. Desgraciadamente, eso tomará mucho tiempo, y el tiempo es un bien que muchos de nosotros no tenemos.
Por años, he tratado a pacientes que sufrían cánceres avanzados, obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, enfermedades mentales, y muchas más. Necesitaban ayuda ayer para así poder estar en el camino hacia la sanidad hoy. Estaban desesperados, ¡y no tenían tiempo para esperar!
Por fortuna, ya tenemos suficientes datos, investigación, estudios y ejemplos de la vida real para saber que vamos en la dirección correcta. Aún más, muchos de mis pacientes, que fueron dados por perdidos por sus propios médicos, están vivos y bien en la actualidad.
La respuesta no fue una pastilla, medicación, drogas farmacéuticas o cirugía. La respuesta fue nutricional, y basada completamente en los alimentos que comemos.
En pocas palabras, esta dieta es baja en carbohidratos, alta en grasas y moderada en proteína. Es increíblemente saludable, y no solo funciona para curar o manejar la enfermedad, sino que es el mejor método del mundo para perder peso.
Yo la llamo la dieta de la Zona Keto (cetogénica).
Cuando estamos en la Zona Keto, perdemos el peso que nos sobra. He visto a personas perder hasta una libra (medio kilo) al día, pero de una a dos libras por semana es más común, y quizá tres (1,5 kilos) con ejercicio diario. En pocas semanas o meses, los resultados son acumulativos y asombrosos.
Usted podría pensar: Un momento. ¿Acaba de decir que esta era una dieta alta en grasas? ¿Cómo puede ser saludable la grasa?
A modo de aclaración, la Zona Keto es una combinación deliberada de menos carbohidratos, más grasas saludables, y una cantidad moderada de proteínas saludables. Sí, es alta en grasas, pero es también (y de modo muy importante) baja en carbohidratos y moderada en proteínas. Estos elementos van juntos para crear un cuerpo que está satisfecho, alerta, feliz y quemando grasa.
Cuando se trata de grasas, no todas son malas para nosotros. Sin embargo, nos han enseñado por tanto tiempo que las grasas son malas que tenemos un temor a la grasa muy real y tangible. Y ¿por qué no? Los mensajes que recibimos de la mayoría de los médicos, pautas alimentarias, revistas de moda, y cualquier otra “autoridad” en la vida nos dicen con letras mayúsculas que la grasa es MALA.
En realidad, las grasas saludables son buenas. Son necesarias. Nos ayudarán a perder peso. Y no, no nos harán engordar, ni obstruirán nuestras arterias ni causarán que caigamos muertos.
La dieta de la Zona Keto funciona. También cura o se ocupa de incontables enfermedades.
Si está usted preparado para eso, entonces suba a bordo. ¡Le espera una vida nueva!
Este libro está dividido en tres partes principales:
Primera parte: Qué es la dieta de la Zona Keto, la ciencia y la historia que hay detrás, y las razones por las cuales es tan eficaz para la pérdida de peso y para luchar contra enfermedades. ¡Los beneficios de la dieta de la Zona Keto están fuera de serie!
Segunda parte: Por qué la dieta de la Zona Keto funciona, por qué cada pieza del rompecabezas encaja tan bien, y por qué la dieta de la Zona Keto es, sin duda, la manera mejor y más saludable de perder peso.
Tercera parte: Tres sencillos pasos para implementar la dieta de la Zona Keto y lo que necesita exactamente para llevarle a la zona de quemar grasa. Esto incluye guías de compra prácticas, instrucciones paso a paso y planes de menús.
Le recomiendo que lea la primera y segunda parte antes de sumergirse en la dieta y los menús, ya que esas secciones responden muchas preguntas, le capacitan, y le dan una confianza imparable para avanzar. Pero si está listo para comenzar, entonces siéntase libre para pasar directamente a la tercera parte. Es ahí donde tienen lugar la acción y el cambio.
La dieta de la Zona Keto funciona, y en más de un aspecto. He puesto esta dieta literalmente a miles de pacientes, y los resultados positivos son asombrosos, transformadores y, en algunos casos, increíbles.
Como nota personal: Estoy increíblemente emocionado por mi segundo libro con Worthy. Como cristiano, en primer lugar, y como médico, en segundo lugar, mis creencias están completamente alineadas con la declaración de misión de mi editora: “Ayudar a las personas a experimentar el corazón de Dios”. Mi deseo es que usted experimente un estilo de vida saludable que le permita no solo disfrutar al máximo de la vida, sino también amar a Dios y servirlo a Él hasta lo mejor de su capacidad. Que la dieta de la Zona Keto le dé la esperanza que ha estado buscando. ¡A su salud!
PRIMERA PARTE
Qué es la dieta de la Zona Keto
Qué es la dieta de la Zona Keto, la ciencia y la historia que hay detrás, y las razones por las cuales es tan eficaz para la pérdida de peso y para luchar contra enfermedades. ¡Los beneficios de la dieta de la Zona Keto están fuera de serie!
CAPÍTULO 1
SUPLIR UNA NECESIDAD REAL
LA ESPOSA ESTABA DESCONCERTADA, pero el esposo estaba aterrado. Podía verlo en sus ojos. Su esposa por más de treinta años acababa de recibir un diagnóstico de demencia precoz.
Puestos contra la pared, por así decirlo, la pareja estaba dispuesta a probar prácticamente cualquier cosa. Lo crea o no, la demencia moderada en sus primeras etapas usualmente es bastante fácil de tratar e incluso de curar, así que en seis meses ella tenía un reporte de salud limpio. Su demencia había desaparecido por completo.
Ella había perdido casi 40 libras (18 kilos).
Y lucía estupendamente, estaba llena de vida, y tenía chispa en su mirada.
¡Y su esposo pudo volver a sonreír!
¿Cuál fue el secreto? No es ningún secreto. Ella siguió una dieta cetogénica revisada que yo denomino la dieta de la Zona Keto. Como resultado directo, ella recuperó su vida. En la actualidad, años después, me agrada reportar que ella sigue estando bien.
¿DE QUÉ SE TRATA ESTA DIETA?
He practicado la medicina por más de treinta años. Hace unos veinte años atrás comenzó a suceder algo extraño. Comenzaron a acudir a mi consulta personas con cánceres incurables, inoperables, en etapas tardías.
Todas ellas necesitaban ayuda, pero yo no era especialista en cáncer. Había encontrado una manera de vencer la psoriasis (mi propia batalla de doce años que fue increíblemente cara, sin mencionar el tiempo que consumió) que se había apoderado de mí, pero no me sentía calificado para tratar adecuadamente a esos pacientes de cáncer. Quería ayudar, y aún más, quería mejorar y prolongar sus vidas, pero yo sabía hasta donde sabía, y no era suficiente. Tenía que haber una respuesta. Siempre la hay. Muchos de esos pacientes habían superado el punto en el que la cirugía, quimioterapia, radiación o alguna otra forma de tratamiento tradicional del cáncer, podría ayudar.
Debido a un deseo intenso de ayudar, mezclado con la humilde realidad de que tenía que aprender más, hice un viaje para encontrar respuestas que permitirían a mis pacientes no solo sobrevivir sino también prosperar.
ES UN HECHO
Nos han dicho tantas veces que los carbohidratos son buenos y las grasas son malas, que creemos que eso es un hecho.
Cada clase de educación continua que estuviera relacionada remotamente con el cáncer, la nutrición, la dieta, el estilo de vida y la longevidad estaba en mi lista de tener que asistir. Creía firmemente que la respuesta era nutricional. Así fue para mi psoriasis, y no solo conocía las estadísticas en temas como la obesidad, las enfermedades del corazón, la diabetes y las enfermedades mentales, sino que veía esas estadísticas pasar por mi consulta todos los días.
El rápido aumento nacional de enfermedades prevenibles que causan estragos en tantas vidas no era algo nuevo para mí. Lo veía de primera mano. Parte del problema tenía que ver con los alimentos que comíamos. Hasta ahí, lo sabía.
A lo largo del camino, estudié medicina nutricional y preventiva, terapias antienvejecimiento y terapia integrativa contra el cáncer. Visité centros de tratamiento del cáncer y escuché a especialistas de todo el mundo presentar sus descubrimientos mejores y más recientes sobre terapia alternativa y nutricional para el cáncer. En conjunto, no puedo sumar a cuántos seminarios asistí (probablemente mi esposa podría decirlo), pero después de varios años de formación para después regresar y trabajar con mis pacientes, estaba convencido de que no había ninguna bala de plata. No había ninguna cura milagrosa.
Pero yo seguía regresando a los alimentos. Estaba seguro de que la respuesta para mis pacientes de cáncer, y para la multitud de enfermedades prevenibles que experimentamos en la actualidad, tenía que ver con los alimentos que comíamos. No obstante, incluso ese es un campo bastante amplio.
Durante mi curso de terapia integrativa para el cáncer le pregunté al instructor principal: “¿Existe alguna terapia nutricional clave para los pacientes de cáncer?”.
Él pensó por un momento, y respondió: “Lo único que tiene una influencia importante es una dieta cetogénica, pero nadie puede seguirla realmente. Nadie puede ceñirse a esa dieta a largo plazo”.
Entonces, ¡había una respuesta! Había una dieta que realmente podía ayudar a revertir, manejar o incluso quizá curar el cáncer. Sin ninguna duda, también funcionaría para otras enfermedades si era tan eficaz con los cánceres. El único obstáculo era que las personas carecían del aguante o la motivación para seguirla.
No consideré eso una razón lo bastante buena para ignorar la dieta cetogénica. Sabía por incontables experiencias que la mayoría de los pacientes de cáncer harían absolutamente cualquier cosa para vivir más tiempo. Cuando nos enfrentamos a la muerte, nuestras comodidades, deseos y preferencias no parecen tan importantes como antes lo eran.
EXPLORACIÓN DE DIETAS CETOGÉNICAS
Hice que mi meta fuera descubrir qué hacía que la dieta cetogénica fuera tan beneficiosa. ¿Podría realmente ayudar a mis pacientes?
En aquel entonces, la palabra cetogénica se menospreciaba. El Dr. Robert Atkins, a quien yo había conocido por muchos años, era el nombre más importante relacionado con la dieta cetogénica. Su famosa Dieta Atkins siempre me había parecido muy poco sana, pero estaba decidido a estudiarla con mayor profundidad.
Con el tiempo, leí incontables libros sobre el tema de expertos que eran médicos, dietistas, nutricionistas, naturalistas e investigadores. Investigué cada premisa que había en el interior de esos libros. Si tenía importancia suficiente para que los autores lo escribieran, y podía verificarse de algún modo, entonces valía la pena considerarlo.
Otro filtro por el que pasaba cada detalle era la realidad de mis propios pacientes. Las afirmaciones atroces tienen su propio modo de ser llevadas a la tierra cuando se aplican a los pacientes que viven y respiran en mi consulta. Yo quería que esto funcionara para ellos, científicamente y también prácticamente.
Yo sabía, por ejemplo, que los cánceres se alimentan de azúcares. Disminuir o eliminar la ingesta de azúcar tenía un efecto directo en el cáncer. La dieta normal alta en carbohidratos y baja en grasas de la mayoría de las personas sencillamente estaba alimentando los cánceres. Hasta ahí sabía.
¿Y qué del colesterol? Yo no quería poner a mis pacientes de cáncer en una dieta cetogénica baja en carbohidratos y alta en grasas que aumentaría muchísimo sus niveles de colesterol y les provocaría un ataque al corazón. Algunos de mis pacientes se estaban muriendo de cáncer, pero sin duda yo no quería acelerar el proceso y hacer que murieran de enfermedades cardíacas.
¿Y las grasas? Me habían enseñado que las dietas bajas en grasas eran mejores, porque se sabía que las grasas causan enfermedades cardíacas. Pero ¿eran las grasas realmente la causa? Algunas dietas cetogénicas recomendaban grandes cantidades de beicon, manteca, grasa de res y alimentos fritos. ¿Cómo podían ser sanas esas dietas? Asombrosamente, la dieta realmente ayudaba a personas a perder peso, lo cual era la meta, pero ¿podían lograrse los mismos resultados de una manera más sana? ¿Y beneficiaría eso a mis pacientes de cáncer?
También sabía que la inflamación era la raíz de muchas enfermedades, incluida la psoriasis con la que yo había batallado por muchos años. Para mí, eran ciertos alimentos los que causaban la inflamación, de modo que hacía total sentido que muchas otras enfermedades fueran causadas por la inflamación, debido a la ingesta de otros alimentos, quizá no directamente sino indirectamente.
Tras mucho examen, clasificación, medida, verificación, investigación y análisis minucioso, era el momento de comenzar a introducir una versión modificada (una versión más saludable) de la dieta cetogénica a mis pacientes de cáncer. Los pacientes a los que indiqué inicialmente la dieta cetogénica modificada tenían cánceres avanzados (etapas 3 y 4), y tenían muchas más probabilidades de morir de cáncer que de enfermedades cardíacas.
EXAMEN DE LA DIETA CETOGÉNICA
La dieta cetogénica parecía ser parte de la respuesta; pero yo tenía muchas preguntas, sin mencionar reservas y sentimientos de responsabilidad hacia mis pacientes.
Mentalmente, yo tenía mi lista de componentes críticos que necesitaban respuestas suficientes:
Inflamación
Niveles de colesterol
Grasas
Azúcares
Proteínas
Nutrientes
Almidones
Carbohidratos
Medicinas
Hormonas del apetito
Hice todo lo que pude para combinar lo mejor de todo lo que sabía. Incorporé en conjunto la investigación sobre nutrición, antienvejecimiento, la dieta cetogénica, ejercicio y tratamientos naturales para el cáncer.
Durante años había quitado el gluten a los pacientes, no solo porque algunos son mortalmente alérgicos a él (como lo son los pacientes celiacos) o porque los productos sin gluten son una buena tendencia a seguir, sino más bien debido a la inflamación relacionada con el gluten, especialmente la inflamación y la alteración que desencadena en el tracto GI, donde están basadas aproximadamente dos terceras partes del sistema inmunológico.
Ya sea pan, cereales, pasta, galletas saladas o papas fritas, esos alimentos no son lo que solían ser. En la actualidad, granos como trigo, maíz, avena y arroz son híbridos, se cruzan, se refinan y se les quita la fibra y muchos otros nutrientes. Comparar los granos procesados actuales con los granos integrales no refinados es casi como comparar un caramelo M&M color naranja con una naranja de verdad. ¡De ninguna manera es lo mismo!
No puedo decirle cuántos pacientes han mostrado una mejora inmediata después de eliminar el gluten de sus dietas. La dieta cetogénica, al ser baja en carbohidratos, estaba en consonancia con esa idea.
Las grasas eran otra fuente de inflamación, pero ¿qué de elevados niveles de colesterol y aumento de peso? Yo había observado que las grasas controlaban el apetito y ayudaban a mitigar el hambre, y sabía que el cuerpo, principalmente el cerebro, no podía prosperar con una dieta baja en grasas. Claramente, las grasas eran una parte vital de un cuerpo sano, pero ¿cuánta grasa? ¿Qué tipos de grasas? ¿Había una proporción ideal o una combinación de grasas que ayudara a perder peso mientras que al mismo tiempo protegiera contra la enfermedad? El equilibrio parecía ser una parte vital de toda la ecuación.
El número de personas a quienes se ha diagnosticado enfermedad de Alzheimer, diabetes tipo 2, cáncer, obesidad y enfermedades cardíacas ha estado aumentando de modo dramático durante años. Nada parece refrenar estas enfermedades, a pesar de cuántas medicinas se receten o cuántas revisiones de ingesta diaria recomendada de calorías se hagan. ¿Se debía en gran parte a que no entendíamos las grasas? Si ese era el caso, esta falta de conocimiento estaba matándonos literalmente a una escala de millones por año.
Algunos de los alimentos recomendados en las dietas cetogénicas, como exceso de proteínas y grasas animales, podría no ser bueno para mis pacientes de cáncer en estado avanzado. Yo no estaba preocupado por sus niveles de colesterol, porque a muchos de esos pacientes de cáncer en etapa 3 y 4 usualmente les quedaban solamente unos pocos meses o un año de vida. Nadie revisaba ya sus niveles de colesterol, pues era información irrelevante.
ES UN HECHO
Esta es la manera más rápida, más fácil y más sana de quemar grasa.
Sí, las dietas cetogénicas ayudaban a la gente a quemar grasa y perder peso, pero yo no puse a todos mis pacientes exactamente en la misma dieta. El exceso de grasas y proteínas animales no era lo mejor para todos. Tuve que ajustar la dieta un poco más para mis pacientes de cáncer.
Los niveles de la hormona del apetito eran otra parte de la ecuación. Era totalmente necesario controlarlos. Los índices de obesidad son una señal reveladora de que las hormonas que controlan el apetito, las que indican “estoy saciado” o “tengo hambre”, están totalmente descontroladas. He tenido pacientes obesos que me dicen lo que se comieron de una sola sentada, solo para concluir: “Y cuando terminé, seguía con hambre”.
Si la dieta cetogénica hiciera que las hormonas relacionadas con el apetito estuvieran equilibradas, ese sería un beneficio inmenso para todos los que batallan contra la obesidad. Mientras más estudiaba la dieta cetogénica, más sospechaba que esas hormonas se equilibrarían cuando el paciente comiera los alimentos adecuados y la medida correcta de grasas saludables.
Eso finalmente me condujo a utilizar la dieta cetogénica para perder peso, una necesidad vital para la mayoría de las personas que están enfermas y un deseo consumidor para quienes tienen sobrepeso. La dieta cetogénica se convirtió para mis pacientes en la manera más rápida, más fácil y más sana de quemar grasa (especialmente grasa abdominal) que en todos los demás programas dietéticos que he utilizado o recomendado en los últimos treinta años practicando medicina.
PROBAR LA DIETA CETOGÉNICA
Prueba tras prueba, estudio tras estudio, poco a poco, fui desglosando las partes de cada dieta cetogénica que podía encontrar. Si iba a recetarla, tenía que entenderla. Iba a saber cómo funcionaba y por qué; y si necesitaba ajustar algo para un paciente o surgía una pregunta, tenía que poder responder con precisión.
Después de mucho estudio e investigación, sentí que había llegado el momento de comenzar a implementar la dieta cetogénica primero con mis pacientes de cáncer avanzado. Ciertamente, seguía teniendo algunas preguntas, pero sabía que algunas de ellas se responderían mejor al hacer que en lugar de estudiar. ¡De regreso a la práctica de la medicina!
En caso de que en este punto esté preocupado, deje que le tranquilice explicando que yo mismo hago la dieta cetogénica, y tengo una fuerte razón para hacerlo: mi papá murió de Alzheimer. Hace años me hice análisis genéticos y descubrí que tengo el gen del factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer, que es el gen APOE4. El riesgo de padecer Alzheimer es aproximadamente diez veces mayor en quienes tienen la doble variante del gen.2 Afortunadamente, yo tengo la variante simple del gen, pero, aun así, voy a hacer todo lo posible para prevenir el Alzheimer. Para mí, seguir la dieta cetogénica es una fuerte medida preventiva. Si comienzo a consumir muchos azúcares y carbohidratos, al final podría desarrollar Alzheimer basándome en mi constitución genética. No quiero ir por ese camino. En cambio, controlo esos genes por lo que como, y también otras personas pueden hacerlo. Para mí, esa es mi razón convincente para mantenerme en la Zona Keto, mi versión de una dieta cetogénica.
Genre:
- On Sale
- Oct 1, 2019
- Page Count
- 304 pages
- Publisher
- Worthy Books
- ISBN-13
- 9781546033653
Newsletter Signup
By clicking ‘Sign Up,’ I acknowledge that I have read and agree to Hachette Book Group’s Privacy Policy and Terms of Use