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Nuestra América
30 latinas/latinos inspiradores que han forjado la historia de Los Estados Unidos
Contributors
Illustrated by Gloria Félix
General editor Gloria Félix
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$17.99Price
$22.99 CADFormat
Format:
- Hardcover (Spanish) $17.99 $22.99 CAD
- Puzzle $20.00 $26.00 CAD
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Excerpt
Querido lector,
Las personas latinas, tanto nativas como inmigrantes, han desempeñado y siguen desempeñando roles fundamentales en el desarrollo de la nación y la definición de nuestra cultura nacional como patriotas, educadores, emprendedores, obreros, artistas, sanadores, innovadores, animadores, científicos, activistas comunitarios y líderes. Desde su comienzo en 1997, el Centro Latino Smithsonian ha apoyado una investigación continuada, exposiciones, recolectas, programas públicos y educativos, contenido digital, y publicaciones que interpretan e ilustran la diversa experiencia de los latinos en los Estados Unidos.
Nuestra América está inspirado en el esfuerzo del Centro Latino Smithsonian por proporcionar las historias de personas latinas como parte de la narrativa estadounidense más amplia mediante la construcción de la Galería Latina de la Familia Molina en el Museo Nacional de Historia Americana. Esta galería cumple una promesa y una visión establecidas años atrás, antes de la creación de lo que llegaría a ser el Centro Latino. Las exposiciones de la Galería Molina presentarán historias de muchos, si no de la mayoría, de los estadounidenses notables presentados a lo largo de este libro. La historia se hace principalmente mediante personas, y por medio de las historias de sus vidas es que podremos pintar un retrato más preciso del pasado, presente y futuro de nuestro país. La historia latina es la historia estadounidense.
Esta publicación marca un momento pionero en la historia del Centro Latino. No se me ocurre mejor manera de entrar en el mundo de la literatura infantil que colaborando en una publicación que muestra a treinta latinas y latinos ilustres y sus influyentes contribuciones. Por medio de estas páginas aprenderás sobre las pruebas, tribulaciones y, finalmente, los éxitos de estos individuos en los campos del entretenimiento, la justicia social y medioambiental, los deportes, la educación, el diseño de moda, el periodismo, la aviación, la literatura, la política, la exploración del espacio, la defensa de los derechos LGBTQ, la asistencia médica, el espíritu emprendedor, la música, la ciencia y el servicio militar, por mencionar solamente unos pocos. Limitar nuestra elección a treinta individuos, entre una gran cantidad de figuras notables, fue una tarea increíblemente difícil. Esperamos que veas estos perfiles como una exploración inicial, y sigas adelante aprendiendo sobre muchos otros latinos que han hecho, y continúan haciendo, importantes contribuciones para fortalecer la estructura de este país.
Inmensa gratitud a nuestros colegas en Hachette Book Group/Running Press Kids y Smithsonian Enterprises por creer en nuestro trabajo y presentar esta oportunidad maravillosa al Centro Latino. Una gratitud especial a Jill Corcoran de Smithsonian Enterprises y a Emily Key del Centro Latino Smithsonian por su visión y liderazgo en este proyecto. Gracias a Adrián Aldaba y Natalia Febo del Centro Latino por sus esfuerzos en revisión.
El gran líder sindicalista César Chávez dijo en una ocasión: “No podemos buscar logros para nosotros mismos y olvidarnos del progreso y la prosperidad de nuestra comunidad… Nuestras ambiciones deben ser lo suficientemente amplias como para incluir las aspiraciones y necesidades de los demás, por su bien y por el nuestro”. Espero que seas inspirado por ese sentido de comunidad que guió las ambiciones e impulsó los logros de estos distinguidos latinoamericanos. Al concluir, es mi esperanza que seas motivado a establecer metas personales altas y te mantengas siempre involucrado en tus comunidades y sus necesidades y aspiraciones. ¡No te desenfoques!
Atentamente,
Eduardo Díaz, Director
Centro Latino Smithsonian
www.latino.si.edu
SYLVIA ACEVEDO
(alrededor de 1957- )
INGENIERA
Sylvia recuerda levantar sus ojos al cielo nocturno cuando era una niña. Estaba en las Girl Scouts, acampando, comiendo galletas dulces tipo Oreo y relajándose tras un día lleno de actividades al aire libre. La líder de tropa observó a Sylvia mirando al cielo, y comenzó a señalarle los planetas y las constelaciones. Fue la primera vez que Sylvia entendió lo que eran en realidad esas luces centelleantes. Poco después, Sylvia intentó ganar su insignia de ciencias de las Girl Scouts lanzando un cohete. Tanto los cohetes como las Girl Scouts terminarían siendo parte del futuro de Sylvia. Pero antes, tendría que aprender a creer en sí misma.
Sylvia nació en Dakota del Sur, pero se crió en el paisaje desértico de Las Cruces, en Nuevo México. Su mamá era una inmigrante mexicana, y su papá era mexicanoamericano de El Paso, Texas. En su casa hablaban español y no tenían mucho dinero. La mamá de Sylvia observó que los niños y niñas del barrio (con calles de tierra) parecían enfermarse con más frecuencia que los niños de otros barrios. Así que, cuando la hermana de Sylvia se enfermó de meningitis, se mudaron. A Sylvia no le gustó tener que dejar atrás a sus amigos, pero poco después encontró su lugar cuando se unió a las Girl Scouts.
Además de enseñarle sobre el cielo estrellado, la líder de tropa de Sylvia le enseñó a nunca dejar un puesto de venta de galletas hasta haber escuchado un “no” tres veces. Sylvia usó esta técnica cuando estaba en segundo año de secundaria. “Las chicas como tú no van a la universidad”, le dijo la consejera de la secundaria. Sylvia entró de todos modos al despacho de la consejera y ella, enojada, le preguntó qué quería estudiar. Cuando Sylvia respondió: “ingeniería”, la consejera se rio. Pero Sylvia logró conseguir su licenciatura en ingeniería industrial de la Universidad Estatal de Nuevo México en 1979. Y llegó a ser científica espacial del laboratorio de propulsión jet de la NASA, donde trabajó en la misión Voyager que sobrevoló a Júpiter y sus lunas.
“ME ENCANTAN LOS NÚMEROS. LOS NÚMEROS SON COMO MI SUPERPODER”.
Después regresó a los estudios y obtuvo su maestría en ciencias de la Universidad de Stanford. Había querido estudiar allí desde que su maestra de cuarto grado le enseñó una fotografía de la universidad. Allí llegó a ser una de las primeras latinas en obtener un posgrado en ingeniería.
Como ingeniera de sistemas, decidió involucrarse en la tecnología. No había tantas mujeres como hombres en esa industria en la década de los ochenta, y en uno de sus empleos no había ni siquiera un baño para mujeres. Sylvia pensó que quizá esperaban que dejara su empleo debido a la incomodidad. En cambio, Sylvia llevaba una bicicleta al trabajo e iba en ella hasta el baño más cercano. Cuando la empresa entendió finalmente que ella era el tipo de persona que resuelve problemas en lugar de darse por vencida, instalaron un baño portátil para ella. Sylvia trabajó para algunos de los nombres más importantes de la tecnología: IBM, Dell y Apple; y llegó a ser una emprendedora en ese campo. Pero nunca olvidó el impacto que tuvieron las Girl Scouts en su vida.
Se unió a la junta directiva de la organización, y finalmente llegó a ser presidenta ejecutiva. Desde que ella ha dirigido la organización, las Girl Scouts han añadido robótica, codificación, ingeniería y ciberseguridad a las insignias que las chicas pueden conseguir, a la vez que continúan enseñándoles la persistencia y resistencia que resultaron tan valiosas en la vida de Sylvia.
Tiempo atrás cuando trabajaba para obtener su insignia de ciencias intentando lanzar su cohete, Sylvia tenía que resolver cómo romper la atracción de la gravedad para conseguir que su cohete despegara exitosamente del suelo. Actualmente, Sylvia está ayudando a que otros puedan romper la atracción de cualquier cosa que les esté reteniendo. Ha escrito un libro, Path to the Stars: My Journey from Girl Scout to Rocket Scientist (Camino a las estrellas), para inspirar a chicas de secundaria a creer en sí mismas y en sus ambiciones.
Después de todo, a una Girl Scout se le enseña que siempre debe dejar el campamento, y el mundo, mejor que como lo encontró.
LUIS WALTER ÁLVAREZ
(1911–1988)
FÍSICO
Amigos y compañeros de trabajo de Luis Álvarez abrían algunas veces la puerta de su oficina en la Universidad de California, Berkeley, y lo agarraban haciendo una parada de manos sobre su escritorio. No es exactamente lo que uno esperaría del ganador de un premio Nobel de física, pero es que Luis parecía disfrutar colocando cosas de cabeza.
Nacido en San Francisco en 1911, Luis, conocido como Luie (lu-i) para sus amigos, era hijo de un médico. Le pusieron el nombre de su abuelo español, que también era médico, pero Luie no tenía ningún interés en la medicina. Le gustaba experimentar con cosas; construyó una radio cuando tenía once años de edad y, durante la secundaria, pasó dos veranos como aprendiz en la tienda de aparatos de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota. Esa afición por experimentar se mantuvo en Luie, obteniendo veintidós patentes a lo largo de su vida, desde instrumentos ópticos hasta una máquina para entrenar al golf desarrollada para el presidente Eisenhower.
Al terminar la secundaria, Luie se matriculó en la Universidad de Chicago en 1928 para estudiar química. Era un estudiante de buenas calificaciones, y en su primer año se cambió a la física. Tomó nueve cursos de física en dieciocho meses para compensar su inicio tardío en la materia, y según consta leía todo artículo sobre física nuclear que se hubiera publicado. Más adelante, los amigos recordaban que cuando él citaba un artículo que había leído podía recordar cada detalle al respecto, incluyendo si aparecía en la página izquierda o derecha de la revista.
Le encantaba la física, insistiendo en que era una ciencia sencilla aunque complicada, solamente por el lenguaje que los físicos utilizaban para hablar de ella: el lenguaje de las matemáticas. A Luie también le encantaban los aviones (tenía licencia de piloto y voló hasta que tuvo setenta y tres años), lo cual le condujo a inventar un sistema de radar que permitía que el avión aterrizara con seguridad en medio de la niebla y en la noche. El ejército consideró que este y algunos otros inventos de Luie podían ayudar a los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial. Él fue uno de varios científicos que formaron parte del Proyecto Manhattan, el cual desarrolló las bombas atómicas que se lanzaron sobre Japón durante la Segunda Guerra Mundial.
“EN REALIDAD, LA FÍSICA ES LA MÁS SENCILLA DE TODAS LAS CIENCIAS”.
Pero sus proyectos en tiempos de paz también obtuvieron reconocimiento. En 1968, le concedieron a Luie el Premio Nobel de Física por el uso de hidrógeno líquido en una cámara de burbujas, con el que descubrió muchas partículas subatómicas de corta vida.
Años más tarde, tras haberse retirado oficialmente de la investigación, Luie tuvo el tiempo para utilizar la física para resolver misterios que
captaban la imaginación del público. Por ejemplo, utilizó rayos cósmicos para ayudar a los arqueólogos a descubrir si las cámaras subterráneas de una de las pirámides egipcias estaban vacías u ocupadas sin tener que excavar (qué pena, estaban vacías). Trabajando con su hijo Walt, fue el primero en decir que el impacto de un asteroide inmenso había sido la causa de la extinción masiva de los dinosaurios. Muchos paleontólogos rechazaron inicialmente su teoría del asteroide. Fue tras la muerte de Luie en 1988 cuando se descubrió un cráter de un impacto lo bastante grande que apoyaba tal teoría, haciendo que fuera aceptada como la causa más probable de la extinción.
Durante su vida, Luie siguió felizmente el consejo de su padre: “Él me aconsejaba que me sentara por momentos en mi sillón de lectura durante toda una tarde, cerrara los ojos, e intentara pensar en nuevos problemas que resolver”.
PURA BELPRÉ
Genre:
- On Sale
- Sep 1, 2020
- Page Count
- 128 pages
- Publisher
- Running Press Kids
- ISBN-13
- 9780762471751
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